Creo que todos en algún momento en
el que nos damos la oportunidad de escuchar nuestro interior llegamos de manera
ineludible a preguntarnos que será necesario para la siguiente circunstancia en
la que tengamos que actuar y lo hacemos invocando a ese sentido común del que
estamos tan seguros o apelando a eso que llaman libertad de la que somos
dueños.
Puedo distinguir de estas circunstancias
entonces que todos tenemos cierta sed de querer controlar o dirigir
correctamente aquellos hechos que estamos seguros se nos presentan en cada
momento de esto a lo que entendemos como vida, desde el más pequeño
acontecimiento hasta el más grande, desde que sabor de chicle me gusta más
hasta que carrera universitaria estudiaré... siempre estamos tomando decisiones
que mas allá de lo que todos creen poder ver, tienen efectos que sin recordarlo
recaen en nosotros mismos y en nuestro entorno.
Pero entonces ¿qué pauta o que parámetro será
necesario recordar y utilizar para saber que estoy actuando bien y que estoy
haciendo lo mejor?
He podido descubrir gracias a los días que llevo
vividos, a la gente con la que me he cruzado y más aun desde aquel en el que
tengo alguna clase de similitud al pleno uso de razonamiento, que lo más
importante es elegir o hacer eso que nos hace sentir profundamente bien y cuyo
resultado haya sido obtenido con esfuerzo, coraje e inteligencia y sobre todo
sin haber causado daño a los demás, porque, en fin, en eso consiste la
existencia, en cuanto pudiste desplegar tu ser hacia el exterior, hacia esos
otros que están caminando al costado tuyo...
Por eso estoy completamente seguro de que será
necesario siempre recordar que no se
está solo, evitando así egoísmo, dictaduras y egocentrismo;
cultivando todo lo contrario... amor y solidaridad.