NUNCA DEJES DE ASOMBRARTE

Sería una pena que con el transcurso de los años se acabara en nosotros ese tan natural y espontaneo deseo de aprender y que llegaba escoltado de una inexplicable capacidad de asombro. Todos los hombres deberíamos esforzarnos en mantener de por vida ese noble y fecundo deseo de enriquecernos con las aportaciones de los demás y del entorno en el que caminamos; un deseo que nos lleva a no conformarnos con explicaciones que hace un tiempo quizá si nos parecían suficientes, un deseo que nos impide perder la capacidad de maravillarnos, que nos aleja del peligro de volvernos conformistas e insensibles. Un deseo que impulsa a profundizar las cosas, que exige mejorar nuestra sensibilidad, nuestra capacidad de discernimiento.A lo mejor la mayoría pensamos que esta capacidad apenas y sigue respirando en nosotros, pero tal vez no sea así, aprendamos por lo tanto a no perder nuestra tan valiosa capacidad de asombro y vivamos alimentados por el empeño de descubrir aquel gran misterio que es nuestra propia vida y todo aquello que guarda para nosotros.